En el año 1590, el rey Felipe II trasladó la capital a Madrid y Parla aumentó su población. Los habitantes de la localidad se dedicaban a la agricultura, la ganadería y a la arriería con el fin de abastecer a la Corte.

El siglo XVII fue el siglo de oro para Parla. Durante este siglo se produjo una gran pasión por el teatro y fueron muchos de los artistas de la época los que pasaron por Parla.

Durante la Guerra de la sucesión, como el resto de pueblos, Parla se vio obligada a soportar los gastos derivados de la lucha generada en Madrid. Esto, sumado a la Guerra de la independencia ocurrida un siglo más tarde, hizo que Parla no atravesara su mejor momento económico. El ejército francés realizó numerosos saqueos en el municipio y destruyó parte del patrimonio histórico de la ciudad.

En 1913 llegó la luz eléctrica a las calles de la localidad con la instalación de la primera farola ubicada frente al ayuntamiento. En los años 20 se comienza la construcción de las primeras escuelas. Durante la Guerra Civil, Parla se convierte en zona de combates debido a su situación geográfica. La localidad se encontraba en una vía importante de acceso a Madrid lo que provoco que sufriera numerosos daños en su patrimonio y la quema de retablos e imágenes de la iglesia. Esto hizo que se convirtiera en un municipio inestable y poco seguro.

Durante el siglo XXI, Parla consigue un considerable crecimiento con la construcción de nuevos barrios e infraestructuras como la construcción del hospital.