En CMS INMOBILIARIA nos importa tu EQUILIBRIO Y ESTABILIDAD FAMILIAR y POR ELLO TE QUEREMOS AYUDAR. Tener conflictos con hijos adolescentes no nos convierte en malos padres, es un proceso por el que todos debemos de pasar. Un adolescente se muestra conflictivo mientras define su personalidad, a veces, confrontando lo establecido. Todos debemos ser conscientes de que se trata de una etapa por la que pasamos hace ya algunos años.
¿Tienes hijos adolescentes? ¿Ya no parecen ser los mismos que hace un par de años? ¿Cada pregunta o interés por ellos se convierte en un conflicto?
Bienvenida/o al club. Lo primero, tranquilízate porque entra dentro lo normal que esto sea el pan nuestro de cada día.
Aquí vas a encontrar 5 tips interesantes en la gestión de conflictos con tus hijos, que te ayudarán a reflexionar sobre el asunto y verlo con perspectiva.
Antes de nada, tienes que saber que los conflictos con los hijos van a estar ahí sí o sí, forman parte de la vida, de su desarrollo como adultos y de tu aprendizaje, porque sí, ya sabemos que eres padre o madre desde hace unos años, pero eres novato en adolescentes, además cada uno de tus hijos va a tener su propio carácter por lo que la adolescencia de cada uno de ellos no va ser igual para ti.
Por otro lado, decirte que los conflictos traen su parte buena, son necesarios para que tanto tus hijos como tu sigáis aprendiendo y el manejo que hagas de ellos va a enseñar mucho a tus hijos sobre cómo afrontar las dificultades en la vida, cómo gestionar sus emociones y cómo vivir las emociones desagradables de una manera que no suponga un constante trauma.
¡Vamos allá!
- TU TAMBIÉN FUISTE ADOLESCENTE
- Tomate un tiempo para ti, guarda silencio, cierra los ojos y piensa en ti cuando tenías la misma edad que tu hijo o hija ahora mismo. ¿Recuerdas cómo eras? No se trata de comparar tus ideas o comportamientos, se trata de que conectes con el adolescente que llevas dentro.
Acuérdate de lo difícil de ese momento, de cómo te sentiste en ciertas situaciones con tus padres, abuelos, tíos… ¿Qué echaste de menos? ¿Qué hubieses necesitado en ese momento concreto?
- ESTÁ APRENDIENDO, PERO NO ES TONTO
- Es pequeño/a aún pero no es tonto. Está en una edad en la que le falta mucho por saber, pero ya sabe bastante, y está en proceso de seguir aprendiendo. Esto no quiere decir que no sepa nada de nada. Sí, ya sabemos todos que tú tienes más experiencia que él, pero es que da la casualidad de que tú no eres él o ella.
Con lo cual, tienes que cambiar tu posicionamiento y disposición hacia tus hijos en las conversaciones que mantengas, ¿Qué quiere decir esto? Pues que ya no puedes dirigirte a él como a un niño, si no que tienes que posicionarte de igual a igual, sin juzgarle y validando lo que dice, sin entrar en si te parece una tontería o si está equivocado, ya tendrás tiempo para eso.
- PON TUS LíMITES, SON NECESARIOS PARA SU DESARROLLO
- Llega el momento de poner una consecuencia, castigo, límite o como lo quieras llamar y claro no es fácil ni buscarla ni imponerla. Si quieres acertar en la consecuencia busca algo que sea reparador al daño causado, sé que no es fácil y que solemos caer en el típico castigo de quitar algo, o castigar sin salir… pero tengo que deciros que no es nada efectivo. ¿Cómo dices?, os viene a la cabeza, ¿no?
No soy ninguna gurú ni he venido a cambiar el mundo, pero os puedo demostrar que no lo es, los chavales asumirán este tipo de castigo, pero no aprenderán mucho, o casi nada.
La función de poner un límite es doble: por un lado, reparar el daño, tomar conciencia del error cometido para que no se repita y por otro lado vivir emociones como la rabia o la frustración, que, aunque os de pena que pasen por ello, también necesitan aprender a identificar esas emociones y vivirlas, puesto que también les aportaran aprendizaje.
Y os regalo un truco: puede ser que os cuestionen constantemente el castigo con la intención de que lo rebajéis u os olvidéis, pues bien, el truco es repetir tu misma respuesta hasta el infinito como un loro para no dar más argumentos y mantenerse firme a pesar de rabietas y pataletas: los limites no son negociables.
- TU TRABAJO PERSONAL
- Un esfuerzo como padres en esta gestión de conflictos es separar tu enfado, rabia o frustración de la situación que se está dando. Sé que es difícil, pero debemos aprender a no dejarnos dominar por nuestras emociones en estas situaciones, pues ya sabemos que luego decimos y hacemos cosas de las que nos arrepentimos y encima hemos hecho la bola más grande.
Por lo que os invito a gestionar vuestras emociones de otra manera, en los siguientes artículos del blog iremos tratando este tema, estate atento/a!
Con esto no quiero decir que no mostremos nuestro enfado, hay que manifestárselo, pero hay que buscar la forma de hacerlo sin echar más leña al fuego.
Buscar la forma de expresar nuestros sentimientos es una tarea a trabajar por nuestra parte como adultos, forma parte de la gestión emocional que hagamos, hay mil maneras de expresarse, en las que debemos prestar atención al tono, al lenguaje, a la expresión corporal… todo esto es información adicional al mensaje y que transmite mucha información al que tenemos delante. Son aspectos a cuidar en el manejo de conflictos.
- RETOMA DESPUÉS DE LA TORMENTA
- Para finalizar es necesario retomar el asunto. ¿Cuántas veces discutimos y lo dejamos pasar hasta que se nos pasa y no volvemos a hablar de ello?
Busca el momento adecuado para ti, quizá necesites tu tiempo para pensar en lo ocurrido, pero es importante retomarlo y cerrarlo, saca a la luz como te ha hecho sentir tu hijo, tus preocupaciones en relación a lo ocurrido y acuérdate de tratarle como a un igual.
Como resumen, decirte que lo mejor que puedes hacer es normalizar cada situación, ponerla en perspectiva, validar el mensaje y sentimiento de tu hijo/a, planificar la estrategia y sobre todo respirar, pensar, acoger lo nuevo y deshacerte de lo viejo.
Sonsoles Aguado.
Coordinadora de CMS INMOBILIARIA y Coach certificada CAC