Todos en alguna ocasión hemos dejado para mañana lo que podemos hacer hoy, si es algo puntual puede que responda a un momento de pereza, pero si se repite en el tiempo es posible que este en riesgo de perder eso que tanto anhelas. Descubre aquí algunas claves para romper el circulo vicioso en el que te ves envuelto.
¿QUÉ ES PROCRASTINAR?
¿Alguna vez te has dispuesto a realizar una tarea y de repente te ha parecido mucho más interesante ordenar el armario o limpiar el baño?
Nos pasa a todos y tiene un nombre que quizá hayas oído por ahí; procrastinación, que no es otra cosa posponer nuestras tareas para más adelante.
Te va sonando ya de algo, ¿verdad? Procrastinar proviene del latín procrastinare donde «pro» lo entendemos como adelante y «crastinare» hace referencia al futuro.
TIPOS DE PROCRASTINACIÓN
Más allá del significado debes saber que existen dos formas de procrastinar:
1. Procrastinación Crónica: En la que la dilación es un estilo de vida.
2. Procrastinación Puntual: Y otra que ocurre de manera de vez en cuando.
Todos, en algún momento de nuestra vida hemos pospuesto tareas importantes para llegar a una meta que tenemos con fecha, sustituyendo esta actividad por otra mucho más agradable y terminando la tarea principal al borde de la fecha prevista.
Es un fenómeno cada vez más común y que es muy frecuente en los freelance y emprendedores, y que tienen dificultades para gestionar su tiempo correctamente.
RAZONES DE LA PROCRASTINACIÓN
Existen varias razones que pueden llevarte a la procrastinación, una de ellas es aparente la falta de motivación, pero no te dejes engañar por tu cerebro, que este se empeña en ahorrar energía y llevar siempre la razón, en realidad lo que esa falta de motivación te está indicando es que sientes miedo al fracaso. Tranquilo, no pasa nada, es humano y sano sentirlo, sólo hay que saber dominarlo para que el miedo no te domine a ti.
Cuando sentimos este miedo al fracaso, de manera inconsciente evitamos por todos los medios llevar a cabo esta tarea, bien sea una conversación, una presentación de un proyecto o algo cotidiano y cuanto más miedo sintamos más expuesto estamos al fracaso evidente.
La clave está en no permitir que esta emoción te domine, si lo identificas podrás valorar que, como todos los miedos, no son realistas, como cuando ves una película de miedo de niño y temes encontrarte al monstruo en el pasillo, pues eso, que hay muchas maneras de vencer a ese medio.
Esto es lo que nos hace cambiar de actividad, que temporalmente nos da mucha tranquilidad dedicarnos a otras cosas, pero al final del día lo único que nos queda es la conciencia de que no hemos terminado o no hemos hecho lo que nos habíamos propuesto.
Claro, si esto es lo habitual en tu vida, ten cuidado, pues estás entrando en un círculo vicioso en el que la fecha fin de entrega se acerca a su límite y llegan los sentimientos de culpabilidad y ansiedad por no haber cumplido tu parte, pero estos sentimientos para un procrastinador extremo pueden tener tal efecto que se convierte en una razón más para dejar la tarea importante.
CAUSAS DE LA PROCRASTINACIÓN
Además, a la hora de procrastinar hay varias causas detrás de esta conducta de retrasar indefinidamente cada tarea:
– Si eres excesivamente perfeccionista, puede que nunca termines por miedo a que no queda tu trabajo al nivel que tú te propones, lo malo de esto, es que nunca te parece suficientemente bueno y por tanto nunca estará acabado.
– Si se trata de enfrentarte a tareas poco definidas y complejas a la vez, ya que no sabes por dónde empezar.
– O simplemente, pereza, no te gusta lo que tienes entre manos y prefieres mirar Facebook.
Seguro que tras leer esto, has identificado situaciones que se han dado en tu vida, lo primero que puedes hacer por ti, es preguntarte ¿qué acciones tomaste en esa situación para afrontar tu tarea que puedas rescatar para lo que te está ocurriendo aquí y ahora?
CONSEJOS PARA DEJAR DE PROCRASTINAR
Si aún no lo tienes claro, te ofrecemos algunos consejos para dejar de procrastinar:
– Planifica tu día con anterioridad, por ejemplo, la noche de antes. En cuestión de 5 minutos puedes anotar en un papel en blanco, lo que tienes pendiente para el día siguiente, de esa manera vacías tu mente de preocupaciones, lo aparcas hasta el día siguiente y así te será más fácil conciliar el sueño, o lo que es lo mismo dedicar tu tiempo a lo que toca hacer en cada momento, centrando tu atención plena en dormir, en este caso.
– Planifica tiempos de 50 minutos, por ejemplo, pero puedes planificar tiempos de 25 minutos si lo prefieres. Durante ese tiempo, te recomendamos que pongas tu móvil en modo avión o apagado para no tener distracciones, y tener una alarma cuando cumpla el tiempo. Cuando cumpla el tiempo, descasa unos minutos y retoma la tarea o pasa a la siguiente, lo importante es que rompes la barrera más fuerte, que es empezar.
– Divide las tareas en mini tareas. Pregúntate cual es el primer paso que tienes que dar para llegar a terminar, ¿y después? ¿y después? Estas mini tareas que planificas son las que puedes hacer en un tiempo determinado centrando tu atención plena durante esos 25 o 50 minutos.
Pensar que tienes tiempo de sobra para terminar tus tareas y que puedes dedicar tu tiempo a otras cosas menos importantes puede confundirte y hacer perder tu ascenso, tu financiación, o lo que esperabas conseguir alejándote cada vez más de la meta que querías conseguir.
En otras ocasiones, puedes confiar en exceso en tus capacidades, lo cual no quiere decir que no las tengas, puede convertirte en un procrastinador de libro, y aunque seas capaz de terminarlo a tiempo seguramente hayas pasados por duros momentos de estrés y ansiedad al trabajar bajo tanta presión, que es posible que en próximas ocasiones ni siquiera intentes acabarlo.
Lograr tu meta a pesar de tener el hábito o momentos puntuales de procrastinación no te garantiza que siempre tengas éxito, ya que el hecho de retrasar tareas constantemente te haga cometer errores por no tener tiempo suficiente para ultimar los detalles y al final ni siquiera seas consciente de pequeños fallos que pueden hacerte perder una operación, un trato o lo que sea que tuvieses pendiente.
En definitiva, si de verdad quieres dejar de procrastinar es fundamental que prestes atención a dos conductas en tu vida que te ayudaran, una es el descanso y otra es la organización.
Si tu cerebro no descansa las horas suficientes, no tienes un sueño reparador es posible que al día siguiente te encuentres cansado y malhumorado, lo que influye directamente en tu rendimiento, ya te hemos dicho que el cerebro solo quiere ahorrar energía y salirse con la suya constantemente.
En cuanto a la organización, si tomas el control de tu tiempo y decides cuanto tiempo de tu vida, de tu día, vas a dedicar a cada acción y respetas tus propios límites es muy probable que casi nunca tengas la tentación de postergar tus tareas.
Y finalmente, aunque solo sea por tu salud mental y no tener en tu cabeza dando vueltas siempre al mismo asunto, toma la acción y quítatelo del medio, empieza por lo más difícil o lo más desagradable cuando estés al 100% de capacidades. Imagina como te vas a sentir cuando ya lo hayas sacado de tu cabeza… seguro que afrontar el resto de tareas te resulta mucho más placentero.